lunes, 10 de mayo de 2010



Presentación del libro “El conflicto palestino-israelí. 100 preguntas y respuestas”

El periodista Pedro Brieger presentó el viernes pasado su nuevo trabajo, “El conflicto palestino-israelí”, en la Feria del Libro. Del encuentro participaron, además, su colega Hinde Pomeraniec (con quien conduce “Visión Siete Internacional” en Canal 7); el artista Horacio Fontova; el psicoanalista y poeta Tom Lupo.

La nueva publicación de Capital Intelectual se construye a través de 100 preguntas y respuestas que apuntan a la comprensión del problema, quizás, de más difícil solución en Medio Oriente. Mientras todo el público que copaba la sala Javier Villafañe esperaba la alocución de Brieger, sus compañeros en la mesa tomaron primeramente la palabra para referirse al libro. Pomeraniec resaltó su carácter crítico, sin vetas tendendiosas a favor de unos u otros y alejado de la preponderante liviandad investigativa que rodea al tema en cuestión.

Después le tocó el turno a Lupo, que comenzó su discurso desprejuiciadamente. Contó un chiste en el que un israelí asegura que va a matar a todos los palestinos, que va a destruir sus hogares y reducirlos a la nada. Cuando un amigo le pregunta si ellos le hicieron algo para merecer semejante trato, el otro responde: “No, absolutamente nada”.

La broma generó risas en la multitud, aunque hubo excepciones. Un hombre pidió la palabra y dijo que el líder palestino Yasir Arafat había arrojado niños del balcón de un edificio. “Ese es otro cuento, tomálo como quieras”, le gritó al poeta.

La jocosa intervención de Fontova descontracturó los ánimos. Tomó una hoja de papel y empezó a comunicarle a Brieger los errores ortográficos con los que se había topado en la lectura. “Pedro, acá te confundiste. No son mujeres chiquitas sino chiítas”, deslizó en medio de la carcajada general.

Finalmente, el aludido comenzó a hablar. En vez de referirse específicamente a algunas de las 100 preguntas, prefirió relatar experiencias personales de su vida en Israel que le otorgaron una amplia visión de lo que verdaderamente sucedía en Palestina, muy diferente a la mentirosa y minimalista realidad impuesta por los multimedios internacionales en connivencia con Estados Unidos.

Luego del relato del analista de política internacional, se le ofreció la posibilidad a los presentes de iniciar una clase de debate. Una mujer entonces alzó la voz para decirle a Brieger que se refería a los judíos como los malos de la película mientras que los palestinos eran las pobres víctimas. El periodista negó haber dicho semejante cosa. Inmediatamente después, la otra insistió en su ataque alegando que los medios nacionales estaban comprados por los árabes. La gente estalló en abucheos dirigidos a ella. Así como la persona anterior, nuevamente aparecía la confusión entre el rigor periodístico y la toma de posiciones a favor del mundo árabe en detrimento de Israel.

Si bien esa línea errónea de interpretación no contó con muchos adeptos durante el evento, las contadas muestras representan la desinformación y el fundamentalismo que irreductiblemente perduran.

Hacia el final del evento y cuando “¿Y afuera qué onda?” le consultó a Brieger sobre cómo se puede imponer una perspectiva más crítica y reflexiva del conflicto árabe-israelí, el periodista respondió contundentemente: “Creo que, desde el lugar periodístico, eso se consigue preguntando, cuestionando, leyendo y estudiando de manera permanente”.

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